Ibon Antero Intxausti

Responsable de Sostenibilidad y Transformación Social de MONDRAGON.

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Comunidad

Un informe publicado hace dos semanas por Oxfam refleja un aumento en las desigualdades sociales. Dicho documento se ha centrado generalmente en la pobreza laboral. Según señala, ni el crecimiento económico ni el aumento del empleo en España han logrado reducir la pobreza laboral. Mucha gente que trabaja no puede llegar a fin de mes. Los sectores más vulnerables son la agricultura y el trabajo doméstico: 3 de cada 10 personas están en situación de pobreza. Dicha realidad también se refleja en las madres solteras y hogares con tres o más hijos o hijas, pues no llegan a cubrir las necesidades básicas. La precariedad laboral, las jornadas parciales no deseadas y los bajos salarios impiden a estas familias poder salir de la pobreza.

La desigualdad social no es un nuevo reto, ni a nivel global, ni a nivel local. La Experiencia Cooperativa de Mondragón ha querido incidir en el reto de la desigualdad desde sus inicios. La promoción del modelo cooperativo ha sido y sigue siendo el principal medio de transformación social. Objetivo: un proyecto social. Medio: empresa cooperativa.

Recientemente, Javier Marcos ha escrito sobre el impacto de este modelo en la revista TU Lankide, Índice Gini y cooperativas.  En estadística, el coeficiente Gini es un coeficiente que mide la concentración de la desigualdad de renta, un número entre 0 y 1 en el que 0 sería la igualdad perfecta (todas las personas tienen los mismos ingresos) y 1 sería la desigualdad perfecta (una persona tiene todos los ingresos y las demás ninguno). El artículo señala que Gipuzkoa es el segundo territorio con la tasa de desigualdad más baja de Europa, con una puntuación de 23 sobre 100 en el índice Gini. Y como dice, sería justo destacar el papel de las cooperativas en este logro.

Efecto del modelo cooperativo a nivel comarcal

Un estudio realizado recientemente nos ofrece más pistas para profundizar en este aspecto. Nos hemos centrado en territorios de alta densidad cooperativa y el efecto que ello genera en el bienestar y la cohesión social. Las conclusiones son claras. Una mayor densidad cooperativa a nivel comarcal está relacionada con:

  • Una renta personal y familiar media más alta.
  • Una distribución de ingresos más equitativa.
  • Una menor brecha de género en cuanto a los ingresos familiares.
  • Una mayor tasa de ocupación femenina.

Y es que el modelo cooperativo, con todos sus logros y dificultades, hace una aportación significativa a la sociedad y es un modelo que, en un contexto en el cual las desigualdades sociales aumentan, se observa y se analiza con un interés aún mayor. Concretamente, varios mecanismos para general y distribuir riqueza están recogidos desde la base de la institucionalización, es decir, desde el diseño organizativo.

Más allá del modelo, nuevos pasos en la acción social

Además del efecto directo, las cooperativas impulsan iniciativas sociales año tras año, a través del fondo COFIP o fundaciones creadas con este objetivo. Fundación Ausolan, Fundación Gaztenpresa, Fundación Gizabidea, Fundación GSR, Fundación Eroski, Fundación Leartibai, Fundación Mondragon, Fundación Mundukide… Además, las cooperativas publican varias convocatorias dirigidas a los agentes sociales que trabajan para construir un mundo mejor y más justo (el programa Fagor Herrigintza del Grupo Fagor, Elkarrekin Eragin de DanobatGroup, Orklidea de la cooperativa Orkli…)

Las cooperativas que conforman MONDRAGON cooperan anualmente con cientos de agentes. La aportación es significativa, pero también hay cosas que mejorar. Primero, deberíamos conocer con más profundidad lo que ya se hace, tanto en el colectivo cooperativo como en la sociedad. Quienes son los beneficiarios, cuáles son sus retos/dificultades, qué ayudas se ofrecen… Y segundo, ante las nuevas necesidades de la sociedad, deberíamos diseñar proyectos de mayor escala. La experiencia cooperativa nos ha enseñado que la escala también es importante a la hora de incidir en la transformación social.

D2030, red de intercooperación impulsada por el Grupo Fagor, trabaja con esta misma idea, pues pretende construir un marco de cooperación permanente para impulsar una estrategia de transformación social a largo plazo y de alto impacto en la comarca Debagoiena.

La Política Socioempresarial 2025-2028 de MONDRAGON pretende dar nuevos pasos en la misma dirección. En ella se recoge el reto del impacto social y tratar de incidir desde nuestra realidad cooperativa, identificando las necesidades sociales, culturales y medioambientales en nuestro ámbito cercano y colaborando con otras instituciones públicas o privadas. Es decir, en colaboración y con la implicación de las comunidades de nuestro colectivo.

Tendremos que desarrollar nuevas estrategias para visualizar proyectos de mayor impacto y escala que los atomizados; para dar respuestas coordinadas al carácter complejo y multidimensional de los retos sociales, sin limitarnos a los retos de un área determinada; y para buscar colaboraciones amplias que aúnan fuerzas más que proyectos individuales.

Es decir, necesitamos nuevos pasos para que las cooperativas busquen nuevas repuestas para los retos de esta compleja sociedad y se impliquen más en el compromiso social, para que no se limiten a generar empleo cooperativo o impulsar entidades ya existentes.

Para dar todos estos pasos se necesitará tanto la implicación de la cooperativa como el del amplio colectivo al que pertenecemos. Demos, pues, estos nuevos pasos con fuerza y en cooperación.

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