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El 16 de octubre se cumple una década desde que la cooperativa Fagor Electrodomésticos acudió a la ley concursal -posteriormente se vio abocada a la liquidación-. “Fagor se vio envuelta en una profunda crisis. Una de las ocho cooperativas del Grupo, la más grande y emblemática, sufrió una crisis irreversible. El cierre tuvo un impacto enorme: se asumieron importantes pérdidas económicas, hubo que afrontar un complejo proceso concursal, y, sobre todo, hubo que gestionar la difícil situación en la que quedaron las personas de Fagor Electrodomésticos. La situación requería una respuesta urgente y contundente, siendo conscientes asimismo que la capacidad de hacer frente a dicha coyuntura sería un precedente para los años posteriores, dado que se ponía a prueba la capacidad de resiliencia del cooperativismo de MONDRAGON”, comentan desde el Grupo Fagor. Todo ello exigió reforzar y adecuar los mecanismos de solidaridad. “Una década más tarde, se puede afirmar que las consecuencias del cierre de Fagor Electrodomésticos están superadas y las ocho cooperativas de Fagor miran al futuro con optimismo”, añaden. Además, la marca Fagor ha vuelto al sector de los electrodomésticos para el hogar a través de varios acuerdos de licencia de marca firmados estos últimos años con diferentes empresas del sector.

Mecanismos de solidaridad

La gestión del cierre de Fagor Electrodomésticos fue un precedente para el cooperativismo, muestra de la capacidad de resiliencia de dicho modelo empresarial. Y en general, según subrayan desde el Grupo, “se confirmó que el modelo es capaz de responder adecuadamente a un hecho de tal magnitud”. En concreto, en aquel entonces, la cooperativa Fagor Electrodomésticos reunía a 5.600 personas, de las cuales 1.800 trabajaban en las cinco plantas que la cooperativa disponía en el País Vasco. En total, la cooperativa contaba con 1.736 personas socias trabajadoras.

Tras el cierre, fue necesario poner en marcha todos los mecanismos de solidaridad de LagunAro EPSV, el sistema de protección social para las personas cooperativistas. “Entre ellas se encontraban la prestación de desempleo, las prejubilaciones y las reubicaciones en otras cooperativas de MONDRAGON. LagunAro tuvo que adecuar sus mecanismos para hacer frente a una situación sin precedentes”, aclaran desde Fagor. Entre otras medidas, se duplicó la cuota que pagaban las personas socias del casi centenar de cooperativas adscritas a LagunAro para poder así financiar el enorme incremento de gasto que se produjo en la prestación de desempleo; se ofreció la opción de acceder a la prejubilación a las personas mayores de 55 años y se habilitaron diversos mecanismos para acelerar las reubicaciones.

Las reubicaciones como prioridad

Una vez encaminadas las cuestiones económicas y legales, la principal prioridad del Grupo Fagor ha sido la reubicación en otras cooperativas de las personas socias que quedaron en situación de desempleo, y para ello ha contado con la indispensable implicación de las cooperativas que conforman la corporación MONDRAGON. “En este sentido, en especial, cabe destacar el compromiso de las cooperativas de Fagor para con este colectivo”, subrayan fuentes del Grupo.

En concreto, actualmente 1.405 personas socias de las 1.736 desempleadas inicialmente cuentan con una solución definitiva (reubicaciones definitivas, prejubilaciones, indemnizaciones…), lo que supone un 81% del total. De ellas, 577 se han convertido en personas socias de otras cooperativas tras una reubicación definitiva, el 60% en cooperativas de Fagor. Por otra parte, hay 320 personas en situación de reubicación temporal -el 71% trabaja en una cooperativa del Grupo Fagor-. “Tanto el Grupo Fagor, como la corporación MONDRAGON y LagunAro EPSV, han actuado desde el firme compromiso de reubicar a las personas socias de Fagor Electrodomésticos. Estas también han tenido que realizar un esfuerzo importante para adaptarse a su nueva situación. En definitiva, la gestión de esta crisis ha requerido del esfuerzo conjunto de todas las partes”, subrayan desde el Grupo.

Pasada una década desde el cierre, el objetivo prioritario sigue siendo reubicar definitivamente a las personas socias de Fagor Electrodomésticos que se mantienen a la espera de una solución definitiva. Con esta finalidad, los últimos 5 años Fagor ha realizado 196 reubicaciones definitivas en sus cooperativas. De cara a 2023, se prevén otras 25 consolidaciones societarias.

Aprendizaje

Lo sucedido hace diez años ha servido de aprendizaje para Fagor. Así lo confirman fuentes del Grupo: “Estos últimos años hemos aprobado profundos cambios con el objeto de actualizar nuestro modelo cooperativo. Entre ellos destacan las modificaciones introducidas en el marco normativo para reforzar la autoexigencia y la corresponsabilidad de las personas socias para con la situación económica-financiera de las cooperativas. Tras un largo y complejo proceso, las Asambleas Generales dieron su visto bueno a los cambios propuestos, y, merced a ello, nuestras cooperativas están actualmente mejor preparadas para dar respuesta a las fluctuaciones del mercado y adaptarse adecuadamente a los escenarios cambiantes que van a tener que afrontar en el futuro”.

Situación actual

Según señalan desde Fagor, las ocho cooperativas del Grupo (Fagor Ederlan, Fagor Arrasate, Fagor Industrial, Fagor Electrónica, Fagor Automation, Copreci, Mondragon Assembly y Galbaian) afrontan el futuro con optimismo. En 2022, Fagor registró unas ventas de 1.819 millones de euros, con un incremento del 17% respecto al año anterior, y un beneficio de 46 millones de euros. Con relación al empleo, cerró el año con 11.565 personas trabajadoras, de las cuales 5.791 trabajaban en las plantas del País Vasco. De éstas, 4.276 eran personas socias activas. De cara a 2023 se prevé un crecimiento en las ventas y un incremento del 25% en los resultados.

Asimismo, responsables del Grupo recuerdan que las cooperativas de Fagor están entre las empresas líderes en sectores tales como componentes para automoción y electrodomésticos, máquina-herramienta, equipamiento de hostelería o energía solar. Ello es debido al impulso dado a la innovación, que ha permitido introducir las tecnologías más punteras en sus productos y servicios. Muestra del compromiso de Fagor con la innovación son los tres centros de investigación y desarrollo que alberga el Grupo en su seno.

Sostenibilidad, premisa de futuro

El Grupo Fagor sigue posando su mirada en el futuro, y trabaja para adecuarse a un nuevo contexto competitivo marcado por la sostenibilidad y la digitalización. Para ello, está adaptando y transformando sus negocios, con el objetivo de mantener la competitividad y seguir generando empleo. En la vertiente institucional, está enfrascado en la mejora de su modelo democrático de gobernanza, que es una de las señas de identidad del cooperativismo de MONDRAGON, y, todo ello, poniendo en el centro las personas que conforman el proyecto cooperativo.

Por otra parte, consciente de la crisis climática y sus consecuencias, el Grupo Fagor trabaja por la sostenibilidad del planeta. Para ello, estos últimos años ha puesto en marcha múltiples acciones para disminuir el impacto que los productos y procesos de producción generan en el medioambiente, entre las cuales, caben destacar, medidas encaminadas a medir y reducir las emisiones de CO2, aumentar el uso de materiales reciclados, mejorar la eficiencia energética o producir energía renovable.

“Todo ello es parte de la estrategia de sostenibilidad Fagor 2030, que persigue dar una respuesta innovadora tanto a las exigencias del mercado como a los retos sociales y ambientales, sin obviar su identidad y sus raíces”, recalcan.

Compromiso social

El Grupo Fagor sigue profundizando en su compromiso con la sociedad a través de su fondo social. El foco de interés está centrado en la construcción de ciudades y comunidades sostenibles, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº11, promoviendo para ello la colaboración entre diferentes agentes y el empoderamiento de la ciudadanía. Con esta finalidad impulsa diversas iniciativas, entre las cuales se encuentran el programa de cooperación Fagor Herrigintza, los planes para la normalización del euskera en el mundo laboral, la red de sostenibilidad Debagoiena 2030, la promoción de la educación cooperativa a través de la Fundación Gizabidea, el apoyo a los países en vías de desarrollo mediante la Fundación Mundukide